LA OBRA - sintesis - texto

SÍNTESIS ARGUMENTAL

                  Horacio ha tomado una decisión radical: no prestarse al movimiento. Esta toma de posición genera un conflicto en la relación con los otros. Los vínculos se trastornan: Equis, su mujer, Graciana, una religiosa y Ratio, un médico-científico, desarrollan estrategias para modificar la actitud horaciana.


                 El diagnóstico es tajante: la inmovilidad es una enfermedad social que atenta contra el sistema, perturbando la normalidad. El personaje responde: “La premisa es detenerse para tenerse de.”, sentenciando una insistencia existencial que limita con lo absurdo.

                      La obra se sitúa en el territorio del desmoronamiento vincular a partir de una elección subjetiva que pone en crisis la capacidad de compresión de las diferencias. La inmovilidad es un camino para indagar lo propio.
                           Gabriel Penner

TEXTO   Horacio o la inmovilidad    (Excursus)
de   Gabriel Penner

Personajes
Horacio
Equis
Ratio
Graciana

ESCENA 1

Horacio-  Una vez adentro las posibilidades se cierran.

Me lo dijo, me lo dijo, ¡Sí, me lo dijo! El cuerpo es todo…Carne Artaud. Carne

¡Salud!

¿Dónde están mis partes? No las siento.

Ausencia pura.

¡Devoción, carajo.! Devoción por lo perdido. Eso soy: un devoto de lo que no tengo.

Encuentro tan neutro lo que pasa. ¡Abúlicos! ¡Asexuados! ¡Apolíticos!

¿De dónde salen esas voces que ustedes escuchan?

No he pedido nada

Heme aquí animal-hombre-forma devenido molestia

¿Por qué tanta incógnita?

Tanto movimiento interrogatorio que sospecha de una detención.

No los he detenido a ustedes…por qué pensar que el éxodo promueve la caída.

No hay enseñanza, no hay crispación, no hay heroísmo

Mírense en el espejo. ¿Qué ven?

Yo no estoy

Pueden moverse

Pueden seguir relacionándose

Pueden olvidarse de lo inmóvil.

Equis- Horacio! Horacio! No te escondas

Horacio-No estoy, no soy, no voy… (Repite tres veces)

Equis- Sólo se trata de dar Vení, acercate, aceptá la luz. (cerca) ¿Seguís empeñándote en tu música?

Horacio - No entendés, la música es el agua, ¿escuchás como sube? Intemperie flotante. Siempre…todo es alrededor. Te huelo. Alrededor de los alrededores

Equis-(Afiebrada)¡Basta! ¿Quién te hizo esto? ¿Quién te hizo lo que sos?

Horacio- Eh! Lo viviente…lo viviente en estado viviente…viviente sobre viviente.

Equis- (Forzando la cabeza de Horacio hacia atrás) Sos obsceno…obsceno…pornográfico…¡Querés mostrarlo todo! ¡Arrogante! ¡Pornógrafo!

Horacio-¡Gracias! Tus halagos me hacen parecer a la muerte. Pero, no me lo creo. ¡La inmovilidad no es la muerte! (Equis lo suelta, pierde contacto, busca hacer una actividad, para cambiar de clima, da vueltas en círculos)

Equis-¿Querés comer?

Horacio-Quiero leer

Equis-Tenés que comer

Horacio ¡Leer, dije! (Equis ubica violentamente un atril ante Horacio)

(Breve pausa, Horacio contempla el atril)

Horacio-Un libro, por favor.

Equis Buscalo, si vos podés moverte. ¡Basta Horacio, terminá con esto!

Horacio-Sí, es lo que estoy haciendo. (Comienza a bambolearse en su banqueta) ¿No ves? Me puedo mover… ¿Así? ¿Más?

Equis-¡Basta! ¡Manipulador! ¿Qué te hice? ¿Por qué sembrás la duda entre nosotros? ¿No eras vos el que se abrazaba a mi risa, el que dormía con mi voz?. Estás ahí sentado, apagado…No vas a lograr que me vuelva loca…Tengo mis cosas, me hago mujer en ellas. Salgo a la calle y…

Vuelvo y te veo, y tu quietud me aniquila, me agrieta. ¿No entendés que la vida camina? ¡A vos te hablo Horacio! ¿Querés que cante? ¿O ya cerraste los oídos también?

No voy a quebrarme, no me vas a quebrar. ¡Mirame! ¡Mirame carajo! Siempre dijiste eso del cuerpo, ¿cómo era? Otra vez caigo en la trampa, trampa inválida…

Te iba a decir “tocame”, pero qué vas a tocar si ahora te inventaste esa posición ridícula que me niega, que nos niega. Que niega, que nos niega que niega, que nos niega. Que niega, que nos niega…

Horacio (se aquieta) Bien…Bien Sí mamá. Su perverso polimorfo vuelve a gozar de la quietud

Equis-Horacio, sos un niño. ¿Hasta cuando vas a seguir con esto? ¿Qué sucedería si todos nos quedáramos sentados, así porque sí, atados, inflexibles, eh, contestame, qué sucedería? ¿En qué mundo viviríamos?

Horacio- (Suplicante, lentamente, enfatizando cada palabra) Por favor palabras sobre hojas cosidas (Equis se queda mirando disgustada a Horacio, se acerca dando pasos lentos gira sobre sí y le da una bofetada)

Equis- ¡Ya no! No juego más (Se va)

Horacio Eso fue…bastante real ¿Qué sucede? Hemos perdido los símbolos, no media ni media palabra. El silencio es el ruido del dolor.

(Breve pausa)

¿Por qué no aparecen las preguntas entre nosotros?

Equis- (Desde lejos) Pero esa es una pregunta Horacio

Horacio-No. Es una respuesta disfrazada de pregunta, vestida, simulada, retórica

(Equis vuelve a dar giros por toda la sala)

Equis- No podés ser tan escéptico…Todo no es, todo es imposible.

Horacio- Te equivocas, ¿no me ves? Estoy sentado en la Aposibilidad.

Equis-Ah! Ya entiendo. (Sarcástica) Pirrón entre nosotros, el señor de la afasia y la ataraxia. La indiferencia como ideal. (Enojada)¿Qué mierda es la aposibilidad? ¡Explicame!

(Equis camina hacia Horacio trae una caja negra y pequeña en sus manos)

Horacio ¿Qué haces Equis?

Equis-Voy a tirar esta caja.

Horacio- No dejala, ella me habla, (Susurrando) “Scatola”, “Scatola dell Arte” (Panfletario) “El arte será drástico o no será” ¿Escuchás?, como la vida.

(Pausa para enfatizar)¡Dras-ti-ca! (Equis hace el ademán de darle la caja a Horacio y la deja caer al piso)

Horacio- (Fortalecido) ¡Gracias! ¡Más golpes, más inconsistencia!

Equis- Lo tuyo es miedo…pero te informo que no sos el único. El miedo nos iguala. El miedo da vueltas por las calles. Salí y preguntá. Todos llevan un cartel con luces de neón que titilan en sus frentes. “Miedo, miedo”

Horacio-Uno ve sus certezas en los otros. Tu certidumbre está escrita en neón. Equis-Canturreando) Miedo al miedo, miedo al miedo, miedo al miedo.

(Equis se va, pateando lentamente la caja negra y cantando por lo bajo)


ESCENA 2.

(Entra Graciana desde su espacio vital -imperfecta, mística y voluptuosa, con actitud contemplativa, es religiosa, la acompaña un perro imaginario)

(Se acerca a Horacio, éste mira alternativamente a la mujer y a las cercanías de sus propios pies. Durante unos minutos estudia la situación, la mujer tiene la cabeza apoyada al pecho, y mira de reojo, Horacio patea el aire.)(Graciana murmura una lengua extraña similar al francés)

Horacio-¿Usted reza?

Graciana-(Imperceptible) Sí

Horacio-No la escucho, dígame.

Graciana-Sí, sí Horacio, rezo. (Breve pausa) Día y noche con el cuerpo.

Horacio- Ah, eso está muy bien. (Molesto, pateando el aire) Su perro me está mordiendo los tobillos, no me deja ser. ¡Párelo! ¡Párelo! (Graciana hace un ademán, un chasquido, hacia el animal imaginario)

Horacio- ¿A qué vino? ¿A qué vinieron?

Graciana- A…levantarlo, quiero decir, desatarlo o desnudarlo. Usted me entiende, ¿no? Afuera se dice que usted…

Horacio-Los afueras carecen de silencios. Sáqueme a ese animal de encima, me muerde los pies, no me deja pensar. (Patea el aire)

Graciana- ¿Por qué está así?

Horacio- Es una insistencia Estoy intervenido para intervenir. Yo, Horacio, he decidido la parálisis de mis horas. La premisa es detenerse para tenerse de. Huelga de movimientos, estado de suspensión. La acción detenida…

(Pausa larga)

¡El gran oxímoron!

(Graciana mira alrededor, sigue con la mirada al perro invisible)

Repito: ¿a qué vino? ¿A qué vinieron?

Graciana-(Susurra) Vine por su fe

Horacio- Si sabe que no tengo.

Graciana- (Comienza a arrodillarse) Sí la tiene.

(Breve pausa)Vine por sus gotas de fe.

Horacio-(Gestos de desgano) No sea…

(Graciana se inclina hacia la entrepierna de Horacio, le desabrocha el pantalón y comienza a murmurar un rezo incomprensible, moviendo suave y rítmicamente la cabeza.)

Horacio- ¡No sea estúpida, váyase, busque la fe en otra parte!

Graciana-(Gritando, excitada y lánguida) Démela, quiero su fe ahora. ¡Ya!

(Horacio lucha para zafarse de Graciana y ésta realiza un grito ahogado, se deja caer.)

(Pausa larga)

( Luego Graciana se mueve en cuatro patas como un perro, olfatea a Horacio, lame sus pies, se aleja lentamente como en una acción de cortejo animal y comienza a aparearse con el perro imaginario, gime, aúlla, respira violentamente, en estado extático vuelve a su espacio vital)

ESCENA 3

Ratio-¿Qué me cuenta amigo Horacio?

Horacio-Decir es callar una acción. (Ratio se acerca a Horacio, lo observa con minuciosidad, lo peina, le acomoda la ropa, saca un pañuelo para secarle el rostro, lo hace)

Ratio-(Satisfecho) Así está mejor. Sí, sí, no hay dudas. Normal diría, es normal. (Ratio mira fijo a Horacio como frente a un espejo) Sin embargo, hay algo fuera de lugar, ¿no le parece Horacio?

Horacio-Sí, Usted, Ratio

Ratio-No, no, no. A ver.(Tómale pulso de Horacio) (Más satisfecho) Ahora sí. Perfecto. Todo está normal. Bueno amigo Horacio, como observa he venido a ayudarlo, quiero decir, la ciencia está preocupada por Usted y vino al rescate. (Breve pausa) (Comienza un juego de movimientos de Ratio)

No hay dudas de que esta situación es inconveniente. Usted se expresa Horacio, yo lo entiendo. Veamos, busquemos semejanzas: Usted y yo somos hombres de libros Ve, amigo, un punto en común. Usted y yo somos hombres con convicciones fuertes, otro lazo. Más todavía, Usted y yo, somos espíritus, perdón por la palabra, que llegan hasta las últimas consecuencias. ¿Quiere más? Nos rodea el mismo tiempo, dominamos a la misma naturaleza, nos envuelve la misma química y así podría enumerar infinitas consideraciones.

Entonces, ¿por qué se empeña en romper la ley común que nos une?

Estamos a un paso, sólo le pido eso:

Que dé ese paso.

¿O debería decir que ceda?

No se puede, amigo Horacio, perturbar tanto con tan poco

(Ratio le da la espalda al público muestra el agujero en su traje)

Horacio-Yo sólo veo carne cubierta por tela.

Ratio-Muy gracioso…

Horacio-Señor Ratio, yo he sentado mi posición, no al movimiento, he fijado mi posición.

Ratio-Claro, es normal. No sea estúpido. ¿No se da cuenta que está enfermo, que no puede modificar el curso normal de las cosas? Aquí traje su diagnóstico (Saca un cuaderno del saco, lee, al público) Escuche bien.(Breve pausa) “Regresión hermética defensiva”, también llamada “el mal polaco” o “síndrome de Gombrowicz”. (Mira fijamente a Horacio y vuelve a leer)

Síntomas: escepticismo radical, anormalidad repetitiva, inmovilidad perversa y siguen. ¿Quiere más? (Cierra el cuaderno)

Horacio-No pierda su tiempo Doctor Ratio, por favor ahórreme interrupciones.

Ratio-Tiempo…tiempo. Amigo Horacio, cuando me preocupo, me ocupo.

Horacio-Eso se llama pragmatismo.

Ratio-Dígale como quiera.

Horacio-Racionalidad instrumental

Ratio-Me advirtieron que estaba leyendo poesía, pero no creía que olía tan mal. Debí preverlo, es normal. Es parte de la sintomatología: “emanación de palabras rancias” (Ratio va a su espacio vital, busca algo y luego vuelve a acercarse a Horacio para interpelar su inmovilidad. Lleva un artefacto para observar los movimientos de Equis y Graciana que se encuentran respectivamente es sus espacios vitales.)

Ratio-Dígame, ¿en qué radica su intimidad? (Husmea en la sábana que cubre a Horacio)

(Coloca el aparato en los ojos de Horacio)

Mire, no se da cuenta que lo humano es una ex -posición

Vea, vea (Equis realiza movimientos o cabriolas en su espacio vital) su mujer se

“ex –pone”…se torsiona…emana salud…men sana in corpore sano. (Ver reacción de Horacio)

(Ratio toma la cabeza de Horacio, produce un giro hacia Graciana)

Observe Horacio! Otro caso…

(Horacio mira por el artefacto, Ratio extasiado hace movimientos de búho. Graciana deambula en cuatro patas, estira los paños blancos, deja ver su desnudez)

Todo se mueve, todos nos movemos (Gesticula) De un punto a otro, nos disponemos, amigo, nos oponemos y somos móviles

(Horacio mira a Ratio con el artefacto puesto, es una imagen absurda, ridícula, hay incomprensión en Horacio)

(Exaltado) ¡Eso es lo que usted necesita! ¡Un móvil! Ya entiendo…lo ha perdido.

(Ratio comienza a moverse excitado dando vueltas, va a su cubículo, lo monta y desmonta, buscando objetos inventados para producir la movilidad, un espejo, un retrato, un pistolón, todos inventados por el. Por último, se acerca a Horacio con una esfera, un globo terráqueo, una pelota)

¡Aquí esta!

Usted está aquí, justo en este punto

(Horacio mira con el artefacto desacomodado en sus ojos, Ratio se lo saca)

Mi hipótesis es que aquí, debajo suyo, hay un centro de gravedad (Se tira al suelo, busca escarba, se enloquece, da vueltas sobre sí mismo)

Horacio- (Mirándolo fijo) “Lo grave, lo gravísimo de lo grave, es que aún no pensamos”.

Ratio- (Herido, descolocado, devastado) ¿Cómo dijo?

Horacio-¿Che significa pensare?

Coro-(Equis-Graciana-Ratio)-Pensar es entregarse.

(Pausa larga)(Ratio busca reaccionar)

ESCENA 4

Ratio-Bueno, tengo una sorpresa para usted. Cierre los ojos.

Horacio- Tengo todo cerrado desde que usted entró. (Ratio va hacia su espacio vital y regresa maniobrando sentado en una silla de ruedas con libros en su falda)

Ratio-(Victorioso, arrojando libros hacia Horacio) ¡He aquí la vida real! ¡El movimiento sin ataduras! ¡Cómo ve, todo se ha inventado! Amigo Horacio le presento a su libertad…

Horacio- (Cansado) Me presenta, dice. Esa libertad tiene apellido, está adjetivada, predicada.

Ratio-No empecemos… (Da un giro brusco y se levanta de la silla de ruedas, la toca, la expone) Mire, mire…sólida, brillante, permanente. (Lascivo) Libertad pura. (Arroja el atril)

Horacio- (Tono escéptico) Libertad objetiva, Ratio, eso me ofrece, eso veo.

Ratio- (Haciendo ademanes, fastidiado) Poesía y otra vez poesía…le convendría leer el diario.

Horacio-Otro discurso dentro del curso.

Ratio-¿Y qué quiere, eh? ¡No quiere libertad, no quiere movimiento, no quiere información, no quiere ayuda!

Horacio- No me llevo bien con los objetos, esa libertad que usted me enrostra está compuesta de objetos para circular entre objetos. Objetos con objetivos da como resultado objetividad.

Ratio-(Con violencia)¿Qué mierda quiere Horacio?

Horacio-¿Por qué me lo pregunta? ¿Cuál es su interés?

Ratio-Esa es la palabra:”interés”, yo tengo mi interés en este asunto. Mi interés es, digamos, (Breve pausa) ¡Social! (Condescendiente) Pero lo que importa es el suyo. (Ratio mira a Equis que está en su espacio vital)

Horacio-Lo mío es un excursus.

Ratio-Sí, es normal, pero no entiendo.

Horacio-(Didáctico) Una excursión…

Ratio- a los “Indios Ranqueles”, eso ya está Horacio, déjese de joder.

Horacio-No, una excursión inmóvil.

Ratio-(Vuelve a sacar el cuaderno) No ve, ahí lo tiene, “el mal polaco”.”Anormalidad repetitiva” (Breve pausa) Una excursión, qué es eso, un escape, está claro ¡E-va-sión! Usted perdió el juicio. Mejor dicho perdió todos los juicios posibles

Horacio-No, los he suspendido: inerte materia sin verdades, soy sólo una guerra de posición.

Ratio- (Inquisidor) ¿Y los demás?(Entra Equis con una mesa a rueditas servida con copas)

Equis-Eso le digo yo: ¿dónde quedan los demás? (Entrega una copa Ratio)

Ratio- (Buscando calmarse) Gracias señora. (Toma un sorbo) Por favor, retomemos la senda con tranquilidad. Veamos la situación. Acompáñeme en el razonamiento.

(Comienzan a circular por el escenario, no se escucha lo que comentan,)

Horacio-Yo estoy de más para los demás.

(Equis y Ratio vuelven a rodear a Horacio)

Ratio- (A Equis con tono sensual) ¿Estamos de más?

Equis- (A Ratio desplegándose erótica) No. Somos los demás

(Horacio queda en el medio del diálogo, no participa, los cuerpos de Equis y Ratio lo enciman)

Ratio-(Ratio y Equis comienzan a tocarse, se chupan, se besan, juegan con sus ropas)

(Lascivo) Somos el contexto.

Equis-(Con voluptuosidad) Somos la vida.

Ratio- Somos las referencias.

Equis- El afecto.

Ratio- En efecto. (Horacio queda atrapado inerme entre los dos cuerpos)

(Ratio y Equis se estrechan en un abrazo lascivo, Horacio queda entre ellos)

Ratio- (Entre besos y caricias) No se puede...

Equis- (Excitada) Gozar en el defecto.

Equis y Ratio- (Juntos) Vamos Horacio, vamos.

Ratio- (A Horacio, separándose de Equis) Imagino que algo lo conmueve. ¡Uy! Perdón por el juego poético de bazar. (Señalando y acercando la silla de ruedas)

¿Y, qué dice? No. Basta de decir, ¿Qué hace? ¡Vamos hombre, anímese a lo fáctico!

Horacio- Cuando los cuerpos que rodean a otro se mueven sin cesar, éste sufre un agotamiento supremo porque se ha movido exponencialmente. De este modo…

Ratio-¡Ya basta! Veo que no comprende. ¡Es un necio!

Horacio-Ahora el que me convida con poesía es usted doctor.

(Equis se tapa el rostro con sus manos para lanzarse a llorar de impotencia, Ratio saca un trompo de su saco o lo busca en su espacio vital) (Mostrándole el trompo a Horacio)

Ratio-¿Qué es esto? Vamos! ¿Qué es?

Horacio) Un trompo.

Ratio- Falso! ¡Amigo, falso! ¡Errrrrrror! (Hace girar el trompo por el suelo) Mire. (Imperativo) ¡Mírelo! ¡El hombre perfecto! (Breve pausa) Gira sobre sí mismo, no para de moverse y… (Breve pausa) Cuando está a punto de caer… (Ampuloso y lento movimiento de brazos) necesita de una mano para volver a la velocidad y al movimiento, a la velocidad y al movimiento, a la velocidad y al movimiento (Triunfante) Ahora sí entendió, ¿no? (Enfático, febril, agresivo) (Intenta levantar a Horacio con violencia, grita, luego los deja caer, se acomoda el traje, lanza el trompo) ¡Hombre T-rompo! ¡Hombre T-rompo! (Ratio se va a su espacio vital. Equis se cruza con Graciana. El trompo queda girando en los alrededores de Horacio)

ESCENA 5

Equis-(A Graciana con ternura) Dejeló, es inútil.

Graciana-¿Acaso podemos definir lo inútil para los hombres? (Graciana en cuatro patas, es montada por Equis.Graciana en pleno éxtasis místico-animal recorre el escenario en cuatro patas) (Equis aparece con su desequilibrio físico-emocional, acuosa, babosa, elástica, montada sobre Graciana y comienza a balbucear palabras incomprensibles, puede ser frases en alemán. En un primer momento sus palabras son suaves, persuasivas dirigidas al oído, a medida que eleva el tono de voz se va irguiendo sobre el lomo de Graciana.)Aprendí en la espera que la decisión es un jardín, una intimidad que no se concede, una apertura en lo abierto, si claro, hay herida, hay herida en él, en ustedes, en mi. ¿Acaso podemos escapar de la cárcel nula? Sí…nula…intangible…fantasma…esa que nos hace otros, la que nos difiere

A ver, diganme!

Si rezo, está bien ¿no?

Pero ¿qué pasa si ladro o husmeo un cuerpo?

¿Qué sucede si lo acompaño yéndome?

¿Puede ser que seamos tan claros para perder la gracia del otro?

Yo, ese resto de lo poco que estoy siendo, celebro esta gran fiesta de la incomodidad!

Horacio no me pertenece

Horacio no nos pertenece

¿Por qué quieren encontrar delicias en el hambre?

(Se zafa violentamente de Equis)

La intemperie…está adentro

(Ratio en su espacio vital comienza a buscarse el agujero de su traje, se toca la espalda, hace el movimiento del perro que persigue su propia cola)

Equis-La traición corrompe, los hilos, los engranajes, las formas, las reglas, el silencio

(A Horacio)

Hablá!

(A Graciana)

¡Qué hable! ¡Que la lengua se mueva!

Ratio-El síndrome de la cosmogonía

(A coro Equis y Ratio)-Somos satélites. (Repiten)

(Equis va a su espacio vital, Graciana se acerca a Horacio)

ESCENA 6

Horacio-¿Es usted Graciana?

Graciana-Sí, he vuelto., quiero decir, nunca me he ausentado de su posición.

(Graciana merodea como un perro, toma un libro y se lo muestra a Horacio)

“En una noche oscura

con ansias en amores inflamada,

¡oh dichosa ventura!

salí sin ser notada,

estando ya mi casa sosegada.!

Horacio-(Mirando al libro) Piríápolis, tarde de lluvia (Breve pausa)¿Dónde está lo sagrado?

Graciana-(Dejando el libro) En el hueco, es lo que busca ser llenado.

Horacio-¿Y si me abstengo? ¿Qué hay, Graciana? ¿Qué hay?

Graciana-(Abriendo lentamente las piernas) Hay lo profundo profano, la pasión que huye, el vacío que late.

Horacio-(Tono místico) Estoy sangrando en lo sagrado

Graciana-(Sigue recorriendo lentamente el espacio en cuatro patas, toma otro libro y lo muestra)

“¿adónde te escondiste,

Amado,y me dejaste con gemido?

Como el ciervo huiste

habiéndome herido,

salí tras ti clamando, y eras ido.”

Horacio-Canasto repleto en Olivos, herencia de una amiga

Graciana-(Dejando el libro) ¿Puede absorberse Horacio? Dígalo.

Horacio- Lo intento, pero es difícil.

Graciana-(Acariciando al perro imaginario) ¿Por qué?

Horacio-(Mirando a lo lejos) Es que están ahí, Los trascendentes, están ahí.

Graciana-(Lánguida, acompañando la mirada de Horacio) Ya veo.

Horacio-No creo, Usted, por ejemplo…

Graciana-Dígalo.

Horacio- La inminencia de la inmanencia

Graciana-Se hunde en los trabalenguas.

Horacio-No, la palabra me está dejando, se va, se apaga

Graciana-(Alza un nuevo libro)

“Gocémonos Amado,

Y vámonos a ver en tu hermosura

al monte o al collado,

do mana el agua pura

entremos más adentro en la espesura.”

(Breve pausa) ¿Qué será lo próximo?

Horacio-Contingencia, el instante

Graciana-(Dejando el libro. Mirando como a una aparición) El instante que se vuelve Mesías

Horacio-A veces todo se tiñe de estafa.

Graciana-Usted se abriga en la decepción y eso me obliga a rodearlo.

Horacio-Sea bordes Graciana. Sea bordes de mi éxodo, de este dejarme de prestar a las cosas, de este asedio por decisión.

Graciana-Seré sus márgenes

(Se acerca y lo huele como una perra)

Amén.

Horacio-Usted entiende el juego, quiero decir, conoce las reglas y al mismo tiempo las crea.

Graciana-Cómplice y dialéctica.

Horacio-Entonces deme su (b) versión

Graciana-(Sacando algo del bolsillo del vestido o del escote. Se lo ofrece, lo deposita en la boca de Horacio) Está aquí, en esta pasa de uva. Hágala suya, permanezca en ella, porque los días son desiertos sin mesas ni camas, apenas el preludio de no sabemos qué.

Horacio- Graciana ya somos parte, ¿se da cuenta?

Graciana-(Graciana comienza un juego de ocultamiento y develamiento para ir alejándose en la oscuridad/luz)

Sí, partes que parten-

TELÓN