Puesta en escena

La puesta en escena de “Horacio o la Inmovilidad” propuso el desafío principal de atravesar con el texto poético el cuerpo de los actores y trabajar en ello para concretarlo en obra de teatro. La presencia permanente en los ensayos de Gabriel Penner ha sido fundamental para llevar adelante el desafío.


En el primer tiempo, a través de un intenso trabajo basado en la improvisación corporal y el uso indiscriminado de las palabras, el elenco se introdujo en el universo poético de Horacio. Luego de muchos meses adentrándonos en este trabajo se reforzaron los primeros textos del autor con la forma de escenas y se fue definiendo la estructura de la obra.

En un proceso creativo de riqueza y asombro absoluto crecía la forma y el sonido de la obra , así como el perfil de los personajes, con el aporte de los actores como prioridad.

Directora y Autor, hemos sido testigos de un intenso y maravilloso trabajo actoral, valioso tiempo de ensayo, para arribar a resultados nuevos, vivos y profundos de la búsqueda propuesta.



En esta instancia pienso que montar esta obra hoy es una manera de adentrarme en las cuestiones humanas que afectan al mundo, las que residen dentro de los hombres, dentro de cada uno de nosotros, las que son cimientes de nuestras dudas y certezas, las que nos confrontan con “los otros” en un permanente espejo. En este estadio de la humanidad donde el tiempo para reflexionar sobre nuestro interior es cada vez mas escaso, la decisión de Horacio que puede resultar utópica, me provoca en el deseo, lo suficiente como para llevarla a escena, como para captar a los espectadores como testigos de la posición de un hombre que le permitirá entrar en si mismo, “detenerse, para tenerse de”



Silvia Piccoli